miércoles, 12 de febrero de 2014

La encerrona

Yo soñaba con los paseos soleados con el coche y el bebe gordito y colorado sonriendo viendo los arboles y los pajaros. La mamá con pantalones de manta, cabello suelto y una expresión indudable de tranquilidad y realización. Sentarse en un parque con una revista, o talves un cuaderno para escribir en su blog (en mi caso). Ah mis 4 meses con el bebecito seria maravilloso, descansado y un merecido tiempo para compartir con el nuevo integrante de la familia, nos conoceriamos montones, y seria un tiempo valioso para guardar en la memoria por el resto de mi vida.
Yo de verdad tenia las intenciones, no dude ni un segundo que saldria a caminar, que me sentaria bajo un arbol a amamantar a mi pequeño simio y comer frutas y batidos naturales.

- Ma... Esque yo no se que hacer aqui, no me puede acompañar?

- Ma, como saco a Alo a pasear? En el coche, pero como? ... Y si llora? ... Se dormira? .... Y como le tapo el sol?

-Hola mami, soy yo otra vez (...) esque me da miedo sacarlo (...) nada le va a pasar verdad? Y el viento? (...) bueno aunque sea a darle la vuelta a la manzana

Y esa mañana esta mamá salió a cumplir ese ideal del bebecito colorado en el coche. Caminé de la casa al Palí y de vuelta, eso sí en cuestion de 15 minutos ya estaba abriendo el portón de regredo esperando revisar al pequeño a ver si el sol, viento, ruido o cualquier otra cosa le había hecho daño. Si, me daba mucho miedo salir, pensaba que no podía lidiar con todos los elementos externos para evitar que algo (lo que fuera) le hiciera daño. Pensaba que una moto lo asustaría, que el cochecito se podia volcar, que no podría cruzar la calle ancha con completa seguridad, que podía llorar y no lo podía atender en la calle... Era miedo tras miedo tras miedo



Mi ideal de las caminatas matutinas se volvieron casi una especie de obligación para poder decirle a la gente que si salía con el bebé, nunca llevaba la cara de realización y serenidad como en los anuncios huggies, iba mas bien sudada de caminar tan rápido, despeinada porque no me había bañado y angustiada porque no disponía de la bolita de cristal para meter a mi bebé ahí.
Así fue la prinera semana de salidas, la siguiente mis papás me llevaron al Paseo de las Flores, ahí iba el pequeño simio en su cochecito viendolo todo, y yo como la mamá gallina orgullosa de empujar ese carrito de bebé, con mi mamá a la par dándome la seguridad que necesitaba. Nunca me dió verguenza aceptarlo, nunca lo he negado, todos estos miedos fueron muy reales durante mucho tiempo, y mis papás eran los que me enseñaban que nada pasaba si el viento le daba un poquito a mi tesorito.


Así la siguiente semana le dije a mi compañero "hoy quiero salir", y aunque tardamos una hora con los preparativos llegamos al Paseo de las Flores decididos a "pasear en el mall" y romper para siempre con la encerrona. Contrario a las indicaciones del pediatra, llevamos al pequeño por los pasillos con gente, gérmenes invisibles flotando en el aire, estornudos, molotes... Todo lo que según el pediatra, debíamos evitar, pero todo lo que yo necesitaba para evitar que mi sano juicio escapara en la siguiente hora de encerrona. La sensación de libertad fue maravillosa, una darisfacción me inundaba por lograr disfrutar en familia sin sentir que corría una maratón especial de madres y cochecitos de bebes.

Lentamente la encerrona fue bajando de nivel, hasta que en la última semana de mi licencia salí un par de veces con el pequeño a caminar por el barrio, en un cargador y no un coche, nos sentamos en un parque y le enseñe árboles y hojitas, sin darme cuenta estaba empezando esa ilusión que tuve durante mucho tiempo, estaba empezando el fin de la encerrona con incertidumbres, miedos y dudas. No me había dado cuenta, pero ya no necesitaba a mi mamá o a mi compañero a la par dándome apoyo para no iniciar un ataque de ansiedad, ahí estaba yo: la mamá primeriza con la personita que tiene la mitad de su corazon expuesto al viento, sol ... Expuesto al mundo entero y aún asi disfrutándolo porque sabía que esos ratos pronto terminarían.