jueves, 9 de octubre de 2014

Lo que parece mio pero no me pertenece

La mujer nace con un sistema diseñado impresionantemente, compuesto porórganos  internos y externos con distintas funciones cada uno, pero que en su conjunto construyen un intrincado poderosisimo que permite entre muchas otras cosas, albergar un cigoto, luego embrion y luego feto. Con las condiciones ideales (en la mayoría de los casos) para que este ser se alimente del cuerpo que lo lleva, crezca gracias a ese mismo sistema, inclusive hasta puede tener las primeras interacciones con el mundo exterior, gracias a que dentro de ese cuerpo puede escuchar e inclusive percibir luz a través del vientre y reaccionando, siendo al final de cuentas las primeras actividades neurológicas a raiz de un estimulo externo que logra ser captado por los sentidos.
Esto, lo escribo asi de bonito,primero porque asi de bonito es, pero tambien porque cuando una mujer logra hacer realmente conciente estos hechos, inevitablemente se empieza a sentir una emoción, como que el pecho se apreta y uno dice "ah mae, que pichudo mi cuerpo verdad?" Pues si, es de maravillarse, otro ser humano creciendo gracias a que yo naci con ese sistema tan complejo y que funciona bien, pues si claro es algo muy impresionante.

Lo que pasa con el tiempo esque empiezan a confundirse las sensaciones y se crean ideas erróneas, o mas bien ideas alteras nutridas por diferentes elementos, de estas ideas me quiero referir a una y la mas complicada para mi: la idea de creerse dueño, propietario.

"Ah que emoción muchacha, cuánto tiene?"
"Jajaja, 6 meses"
"Uy que linda! Va a ver que lindo que es, es cansado eso si"
"Si, me imagino, pero lindo"
"Ah si! Esque diay, es de uno! Uno lo hizo! Como no va a ser lindo"

Error! No es de nadie más que de el mismo o ella misma, no es ni mio, ni de mi compa, ni de nadie. Como es posible que hablemos de adueñarnos de una persona a la que ni le conocemos los ojos?, pero como yo soy la que "concibe" entonces yo soy la dueña. No digo que uno no lo piense o no lo llegue a sentir, pero puta! Nada cuesta detenerse un momento, pensar y esforzarse por minimizar esta sensación por puro respeto a la persona que uno esta por meterla en este mundo.
Parece mío pero no pertenece, es una diferencia esencial que uno olvida fácilmente, no es para menos porque este sistema de "crecimiento en invernadero" provoca  una dosis importante y hasta contradictoria de hormonas, que le recorren a uno el cuerpo entero y la hace desear a muerte una buena hamburguesa de McDonalds con papas fritas nadando en sal y de salsa la misma grasa de la hamburguesa, de tomar un milkshake de la pops por favor.. Y de postre unos pancakes con sushi ( el pancake usarlo como "gallo" para comerse el sushi... Por supuesto). No existe un comportamiento lógico en la embarazada, digo, ordenar este tipo de comida cuando se sabe que en realidad el ideal sería mejorar la dieta y las frutas y todo eso que uno lee en los artículos de la Perfil o lo que ve en Buen Dia... Pero no! Uno quiere esa comida y de desayuno!

Y estas contradicciones llegan a la cabeza, a la mente.. A las ideas! Y se adueña uno del feto que carga, porque este feto esta biológicamente pegado y dependiente de mi cuerpo, mi sangre, lo que como, brinca si me asusto o se queda muy quieto cuando tengo mucho calor, pero igual yo me largo donde mami, o al cine o a dormir cuando quiero y el bebecito igual viene, porque yo lo ando, porque no tiene opción. Entonces esta idea de pertenencia crece igual como crece la barriga, y al menos para mi no se rompió hasta el día que mi bebé nació.
Esa tarde que estábamos en el hospital, yo con mis talones calzados en unos estribos, mi mamá a mi derecha y mi esposo a mi izquiera, el neonatólogo y el obstetra listos, la enfermera a la izquierda diciendo "fuerte, fuerte, fuerte"yo encorvada pujando y sintiendo los labios vaginales como si los estuvieran cortando con bisturí y pensar si era que efectivamente se estaban rompiendo. Y en un segundo escucho un charco de agua -que salió de mi vagina - y un alivio inmediato y delicioso, un cordón umbilical tenso y vibrando, que me rebotaba la sensación en la entrada de la vagina ... Y un llanto. Ese momento, ese segundo con todas estas sensaciones dije "ya está ...hasta aquí   la conexión  ... Ya no es "mío" ... Y comencé a llorar
A partir de ese momento se desarrolla una lucha interna bien pesada: aceptar que ahora tu hijo necesita de cuidados y tiempo que uno antes disponía a gusto, dejar de dormir para alimentarlo por ejemplo - ah! Ya no "come" solo, si come de mi cuerpo con mi leche pero se la tengo que dar yo aunque sean las 3 de la mañana y le di hace 30 minutos -  entender también que ahora las enfermedades llegan y todo puede pasar - mierda tiene mocos! De fijo es porque no le puse cobija ... Esta estreñido ... De fijo es porque le di media galleta - Comprobar que las protecciones infalibles terminaron - " que raro no para de llorar" , "tendrá frío?", "uy tiene las manos heladas pongámosle una cobija" .... "Mirá! Ya no llora" .... Claro ya no esta en un ambiente controlado. Explicarse que en realidad nunca fue "mio", mio es el cuerpo que le permitió crecer, y por eso al cuerpo de uno se le nota - puta que panza la que me quedo... Se me cayeron las tetas ... Estrias, que picha! ... Y la vagina? Ah no ahí mejor ni lo veo - y ahí me comencé a deprimir

Ni modo gente! Es como es, como lo digo acá, y cuesta mucho para la mamá y para el papá entender esto y vivirlo sanamente, creernos dueños de nuestros hijos justifica miles de actitudes y comportamientos "paternales" solo porque al ser mío tengo poder sobre el y lo controlo. 
De nuevo, parece mío pero no me pertenece. Es una vida ajena y se respeta, que si satánico, evangélico, carnivoro, vegano, playo, trans, hombre, mujer, ninguno, cirquero, astronauta... Necio o vago o tímido ... Es una vida que vive por su cuenta... Asi tenga 5 años es una vida que no es mía! Parece mio porque tiene mis colochos y mis ojos y del papa el color de piel y los dedos del pie ... Pero no me pertenece porque no le cuadra el mango con sal como a mí ... No come carne como el papá pero no le gustan tanto las verduras ... Y porque? Porque lo decide, porque le da la gana, porque parece mío pero no lo es ... Y en ese momento lo empieza uno a respetar.


 


miércoles, 12 de febrero de 2014

La encerrona

Yo soñaba con los paseos soleados con el coche y el bebe gordito y colorado sonriendo viendo los arboles y los pajaros. La mamá con pantalones de manta, cabello suelto y una expresión indudable de tranquilidad y realización. Sentarse en un parque con una revista, o talves un cuaderno para escribir en su blog (en mi caso). Ah mis 4 meses con el bebecito seria maravilloso, descansado y un merecido tiempo para compartir con el nuevo integrante de la familia, nos conoceriamos montones, y seria un tiempo valioso para guardar en la memoria por el resto de mi vida.
Yo de verdad tenia las intenciones, no dude ni un segundo que saldria a caminar, que me sentaria bajo un arbol a amamantar a mi pequeño simio y comer frutas y batidos naturales.

- Ma... Esque yo no se que hacer aqui, no me puede acompañar?

- Ma, como saco a Alo a pasear? En el coche, pero como? ... Y si llora? ... Se dormira? .... Y como le tapo el sol?

-Hola mami, soy yo otra vez (...) esque me da miedo sacarlo (...) nada le va a pasar verdad? Y el viento? (...) bueno aunque sea a darle la vuelta a la manzana

Y esa mañana esta mamá salió a cumplir ese ideal del bebecito colorado en el coche. Caminé de la casa al Palí y de vuelta, eso sí en cuestion de 15 minutos ya estaba abriendo el portón de regredo esperando revisar al pequeño a ver si el sol, viento, ruido o cualquier otra cosa le había hecho daño. Si, me daba mucho miedo salir, pensaba que no podía lidiar con todos los elementos externos para evitar que algo (lo que fuera) le hiciera daño. Pensaba que una moto lo asustaría, que el cochecito se podia volcar, que no podría cruzar la calle ancha con completa seguridad, que podía llorar y no lo podía atender en la calle... Era miedo tras miedo tras miedo



Mi ideal de las caminatas matutinas se volvieron casi una especie de obligación para poder decirle a la gente que si salía con el bebé, nunca llevaba la cara de realización y serenidad como en los anuncios huggies, iba mas bien sudada de caminar tan rápido, despeinada porque no me había bañado y angustiada porque no disponía de la bolita de cristal para meter a mi bebé ahí.
Así fue la prinera semana de salidas, la siguiente mis papás me llevaron al Paseo de las Flores, ahí iba el pequeño simio en su cochecito viendolo todo, y yo como la mamá gallina orgullosa de empujar ese carrito de bebé, con mi mamá a la par dándome la seguridad que necesitaba. Nunca me dió verguenza aceptarlo, nunca lo he negado, todos estos miedos fueron muy reales durante mucho tiempo, y mis papás eran los que me enseñaban que nada pasaba si el viento le daba un poquito a mi tesorito.


Así la siguiente semana le dije a mi compañero "hoy quiero salir", y aunque tardamos una hora con los preparativos llegamos al Paseo de las Flores decididos a "pasear en el mall" y romper para siempre con la encerrona. Contrario a las indicaciones del pediatra, llevamos al pequeño por los pasillos con gente, gérmenes invisibles flotando en el aire, estornudos, molotes... Todo lo que según el pediatra, debíamos evitar, pero todo lo que yo necesitaba para evitar que mi sano juicio escapara en la siguiente hora de encerrona. La sensación de libertad fue maravillosa, una darisfacción me inundaba por lograr disfrutar en familia sin sentir que corría una maratón especial de madres y cochecitos de bebes.

Lentamente la encerrona fue bajando de nivel, hasta que en la última semana de mi licencia salí un par de veces con el pequeño a caminar por el barrio, en un cargador y no un coche, nos sentamos en un parque y le enseñe árboles y hojitas, sin darme cuenta estaba empezando esa ilusión que tuve durante mucho tiempo, estaba empezando el fin de la encerrona con incertidumbres, miedos y dudas. No me había dado cuenta, pero ya no necesitaba a mi mamá o a mi compañero a la par dándome apoyo para no iniciar un ataque de ansiedad, ahí estaba yo: la mamá primeriza con la personita que tiene la mitad de su corazon expuesto al viento, sol ... Expuesto al mundo entero y aún asi disfrutándolo porque sabía que esos ratos pronto terminarían.